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Es curioso que Platón dice: por eso Hades es Plutón (el rico), porque su riqueza es riqueza en profundidad y no riqueza en superficie. El alma se hace rica en profundidad y no sale de Hades porque está vinculada a Hades por ese amor al submundo. Hades no necesita castigar para que no se vaya ya que vincula a las almas con el lazo más poderoso, que es el deseo de virtud, que es profundidad y tal como escribe Platón en el Cratilo, "el no desear convivir con los hombres mientras tienen cuerpo; el convivir cuando el alma se halla purificada de todos los males y apetitos del cuerpo". El cuerpo es la literalidad. El alma purificada de phrenes y de thymos ama a Hades. Platón escribe: "nadie de los de allí desea regresar acá por esta razón, ni siquiera las Sirenas, sino que tanto éstas como todos los demás están fascinados. ¡Tan hermosos son, según parece, los relatos que sabe contar Hades!... este dios es un cumplido sofista y es un gran bienhechor de quienes con él están. ¡El, que tantos bienes envía a los de aquí; tan numerosos son los que le sobran allí! Conque, en razón de esto, recibió el nombre de Plutón"

Freud como hablaba del inconsciente como una sola cosa, al impulso de muerte (del que habla en un libro que se llama “Más allá del principio de placer”) le atribuye todos los rasgos destructivos, sádicos, psicopáticos de la personalidad. Pero recuerden que Freud está interpretando al Hades desde la luz; para la luz, la presencia de Hades es destructiva, aunque habría que ver si eso que destruye la vida diurna no construye a la vez la profundidad, es decir, habría que ver si Tánatos no es acaso la vocación de profundidad del alma, la vocación de no quedarse adherida e identificada con la superficie, atrapada en sus apegos y enredos materiales.

Es Heráclito el que dice que cada vez que se cede al thymos se pierde alma; es un mal trueque, cambiamos alma por actividad y mientras más actividad, menos alma. La vocación tanática, la vocación del alma de sueño y de muerte, consiste en resistirse a transformarse en actividad frenética, en permanecer fiel a la profundidad. Tenemos que acercarnos a Tánatos de otra manera entonces: Tánatos puede ser destructor de la vida natural pero a su vez es constructor de la profundidad, porque no es posible profundidad sin el desmembramiento, que implica la perdida de la ilusión de la unidad. Mientras yo crea ser uno y solo uno, todo ésto que me asalta lo viviré como una amenaza a combatir, porque no soy yo. Pero si descubro que no soy yo solo, que hay muchos más que yo, podemos dejar de combatir y empezar a dar culto, lo que Hillman llama recuperar el politeísmo del alma.

No estamos hablando de dioses como cosas, estamos hablando de que el alma solo se comprende cotejando multiplicidad; diversas y diferenciadas miradas y enfoques igualmente válidos. La mirada de Tánatos es otra muy diversa de la del ego, y tiene su altar.
Dice Heráclito: “Las almas olfatean al bajar al Hades” y también “Difícil es luchar contra el deseo pues lo que se adquiere con el deseo (thymos) se adquiere a expensas del alma (psique)” O sea que mientras más gana en mí thymos, lo que gana lo obtiene a costa del alma y mientras más triunfo y más vivo y más crezco y más mejoro más pierde el alma, hay menos profundidad, hay más planicie, hay más llanuras, hay más chatura.

Lo que da la mirada del thymos, del día, lo da a costa del mundo de la noche.

Esta frase luego va a cambiar en los cristianos y los cristianos también van a hacer un intercambio, no van a cambiar al alma por thymos pero van a cambiar al alma por "pneuma". Y por hacer espíritu van a perder el alma; y por esto se muestran tan rábidos y por eso sus imaginaciones están tan llenas de tormentos: es el precio de que no haya alma, un precio que la Estigia no deja indemne y por ello habrá cruzadas tan fuertes contra el infierno, con imágenes tan llenas de odio; Hades es culebras, es serpientes, Cristo baja a vencer al Hades, sin advertir el furor heroico que le compele contra el submundo, es decir contra el ámbito del alma, a fin de hacer el bien, a fin de hacer moral; y donde hay moral, la moral se hace a precio de alma.
O sea que: o los hechos o los preceptos, son dos maneras de perder alma, de perder imaginación, de perder profundidad y esto vale la pena pensárselo.

Pneuma quiere decir"aire de ahí "neumático", "neumonía". Pneuma puede y suele traducirse por "espíritu" (la vinculación con "espíritu" como aire, la vemos en expresiones como "re-spir-ar", "a-spir-ar", "in-spir-ación"). En el Nuevo Testamento solo se usa tres veces la palabra "psique" y muchísimas veces la palabra "pneuma". El cristiano, con San Pablo por delante, hace un trato, lo que San Pablo llama la conversión; la transformación paulina no es un cambio de lugar, sino es un cambio como cuando decimos “yo te doy y tu me das a cambio”, es como un trato, es como un contrato; la conversión que pide San Pablo es comprar pneuma y dar psique a cambio, un trueque de psique por pneuma, y por lo tanto nos volvemos pneumáticos y entonces ya no morimos, ya no descendemos. Naturalmente la compra de pneuma se hace a costa de identificar a Hades con Satanás y el lugar de la oscuridad se transforma en el reino del mal: : o Cristo o el mal, o el espíritu o el infierno como zona de eterno castigo.

Hades es una zona de profundidad siempre presente para todos, se entra por el dolor, claro que hay un dolor cuando se pierde la corporeidad, hay el dolor de la pérdida de la ilusión de la superficie, es lo que se da a cambio de la profundidad.

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